HOMENAJE A GUILLERMO EDMUNDO CHAVES



LA TARDE EN EL RIO


Río blanco. Rio niño
Con claras guijas de sol.
Río que te están bañando
Las lavanderas… y el Día
Juega en el aire gozoso
Al columpio con su voz.

Sobre la orilla del alba,
ropas tendidas al sol.
Diez escorzos que se mecen,
diez ritmos y una canción.
Y el rio se va azorando
con su moreno temblor…

Ya de pastora la tarde
hasta el rio descendió.
Se quitó el sombrero de alas
y la falda se cruzó.
Y en coro con las muchachas
Se puso a buscar el cielo
Que en el agua se perdió…


Autor: Guillermo Edmundo Chaves.

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LITNAR comparte este bello poema de la obra poética "Oro de Lámparas",en homenaje por los 108 años del natalicio del autor Pastense Guillermo Edmundo ChavesQuien nació el 19 de mayo de 1903 en la ciudad de Pasto y publico las obras maestras "Oro de Lamparas" (libro de poesías) y la novela Chambú. Es uno de los máximos representantes de la literatura Nariñense a nivel nacional.




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LITNAR, literatura nariñense, comparte imágenes de autores y textos nariñenses con fines culturales de fomento literario, sin ánimo de lucro.

LA NOVELA NARIÑENSE, Desde las postrimerías del siglo XIX, hasta la primera década del siglo XXI

Ligia - Donaldo Velasco

Los comienzos de la novela en el departamento de Nariño; se encuentra a finales del siglo XIX, con la primera novela publicada en 1894 por el Humanista, escritor,  matemático y jurisconsulto José Rafael Sañudo, titulada “La expiación de una madre” en la cual hay una ideología moralista, que regía aquellos tiempos, también representados en la novela “Dios en el hogar” (1910) de Benjamín Guerrero. Estos rasgos seguían vigentes en el jurado calificador del concurso de cuentos realizados en 1925, por la revista Ilustración Nariñense, de la cual se hicieron favorables comentarios, por ser uno de los primeros medios que rescataba y promovía la lectura y creación de textos narrativos.

Ya desde ese tiempo hasta mediados del siglo XX, se realizó diferentes novelas, siendo este un periodo que develaba con obras como “La Ciudad De Rutila, Leyenda Sud-americana” de Florentino Paz (1895); “los Clavijos” de Juan Álvarez Garzón; sucesos históricos que envolvían el pensar y actuar de los habitantes de Nariño; esta etapa de la novela, fue importante en cuanto a su producción, pero ineficiente en cuanto a su difusión, como lo menciona el Magister Jorge Verdugo Ponce en su libro: Sobre el Canon y la Canonización de la Narrativa en Nariño en el Siglo XX, “parece ser que su difusión, lectura y valoración (…) fue realmente escasa como lo sigue siendo en la actualidad”.1

Chambú
Guilllermo Edmundo Chaves
Este periodo es muy importante ya que debido a la influencia literaria nacional y latinoamericana, en Nariño se escribieron obras que van desde lo romántico, a lo testimonial, histórico, telúrico y filosófico; en el caso de la novela romántica, después de sesenta y seis años de la publicación de la novela “María”; en Nariño se publica la novela Ligia (1933) del tumaqueño Donaldo Velasco y catorce años después, Julio Santamaría Villareal da a conocer su obra “cuando el suicidio es un deber” (1947). El género Testimonial se manifiesta en las obras nariñenses “Cameramán” (1932) de Plinio Enríquez y “Sima” (1939) de Alfonso Alexander Moncayo. En 1912 se publica la novela “Fue un Sabio” del tuquerreño Manuel Benavides Campo, en la cual se hacen disquisiciones filosóficas para descubrir diferentes aspectos del ser y su existencia. Terminando este periodo  a finales de los años cuarenta Julio A. Quiñones publica la novela de selva “En el Corazón de la América virgen” (1948), originalmente escrita en francés, y el poeta y jurisconsulto Guillermo Edmundo Chaves publica La novela “Chambú(1947), obra que mayor trascendencia a tenido en el panorama literario nacional reflejada en sus múltiples ediciones.


Ciegos - Célimo Macario
Para las décadas de los cincuenta y sesenta se editaron ocho novelas; tres pertenecientes a Célimo Macario Guerrero (Ciegos, El Tesoro y La Venganza de un Cura), otras tres pertenecieron a Alberto Montezuma Hurtado (Ceniza Común, Piedras Preciosas y El Paraíso del Diablo); otra de Luis Santiusty  Maya que publicó en 1954, con el nombre “Adiós inocencia” y Juan Álvarez Garzón sacó a la luz su obra “Gritaba la noche”, la cual en un principio se llamaba La Bucheli. 

 


La crítica literaria es insuficiente durante estos periodos; al parecer uno de los grandes motivos como lo afirma Jorge Verdugo Ponce, en su libro “Sobre el canon y la canonización de la narrativa en Nariño en el siglo XX”, es que “muy seguramente no era posible conseguir estas obras en el medio” a tal punto que hasta nuestros días es muy difícil acceder a los ejemplares de aquellas novelas. Las pocas personas interesadas en la difusión de la literatura regional, proponían la inclusión de las obras de autores nariñenses dentro de la literatura colombiana y americana, pero lastimosamente solo fueron intensiones vanas, ya que hasta ahora, exceptuando el caso de muy pocas novelas como Chambú siguen en el olvido nacional.

Hacia la década de los setenta se publicaron cuatro novelas; la primera en 1970 de Célimo Macario Guerrero, cuyo título es "El Ateo"; en 1974 Guillermo Payan Archer publica en Bogotá “Trópico de carne y hueso”; Emilio Bastidas publica en 1977 “El hombre que perdió su nombre” y finalmente en 1979 se publica “Hasta que el odio nos separe”  de Carlos Bastidas Padilla; este último autor, en 1975 gana el premio internacional, Casa de las Américas por su libro de cuentos “Las raíces de la ira”. En este periodo se realizaron valiosas críticas de algunas novelas y se logró uno de los primeros intentos por describir este género, en la revista Cultura nariñense por Arturo Pasos y en 1975 en la revista Meridiano de la Universidad de Nariño por Cecilia Caicedo.

Trópico de Carne y Hueso
Guillermo Payan Aecher

Es sumamente importante destacar la adopción como texto de estudio en los cursos de Literatura Iberoamericana de la Universidad de la Sorbona en Paris, la novela “El Hombre que perdió su nombre”, logrando así ser la primera novela en trascender las fronteras nacionales y convertirse en parte de un canon oficial.

Otras publicaciones críticas aparecidas en la época del setenta, fueron las que se realizaron en la revista Cultura nariñense, destacando la vida de algunos autores e intelectuales nariñenses y sus obras, como es el caso de la publicación en 1975 de Edgar Bastidas Urresty titulada “Chambú una expresión americana” y la publicación de Ignacio Rodríguez Guerrero que realizo sobre Rafael Sañudo.

Desde la década de los ochentas y hasta el tiempo presente; Carlos Bastida Padilla con las novelas “Hasta que el odio nos separe”, "El Intrépido Simón" y "El Guerrero y los Centauros"; Jorge Verdugo Ponce con su novela "Memorias de las voces perdidas"; Cecilia Caicedo Jurado con la obra "La Ñata en su Baúl" y Juan Revelo Revelo con "El Baúl de Mercedes Saluzo", señalan el nuevo canon novelístico de la región nariñense. Aunque se destaca  a las nuevas generaciones que han publicado sus obras en la primera década del siglo XXI, y que seguro serán reconocidos por las generaciones posteriores, entre ellos se encuentran:

"Eclipse de Luna" (2006) de Ricardo Estupiñán Bravo"; "De la vida y el azar, la casa de los naipes" de Alfredo Ortiz Montero; "El Pacto", integrado por dos novelas cortas Waldo  y El Taitapuro del autor Gerardo Solarte Martínez, oriundo de San Pedro de Cartago; "El padre julio esta perdido", ensayo novelesco  de Jesús G. Ordoñez  O; "Por los senderos del sur" (2004) y "Dionisia" (2010) del pastense Eduardo Delgado Ortiz; "La ciudad mártir" (1993), novela sobre la historia y realidad de Túquerres  de Guillermo Cifuentes López; "El Infierno del Paraíso" (1991) de Arnulfo Arteaga R; "El Marginado" de Miguel Ortega (ap 2003? historia novelada), "La Conspiración del Rayo" (Plaza y Janés, Bogotá, 2000) Biografía novelada del general Tomás Cipriano de Mosquera de Germán Zarama de la Espriella; "La guerra sigue llorando afuera" (2001) de Arturo Prado Lima, "El tango del profe" (2007) de Alejandro García Gómez; "Amor Decadente" (2003) de Fabián Castro; "El pasado del Porvenir" (2000) del tuquerreño Luis López Portilla; "El Terrorista" (2005) de Luis Omar Martínez; "Viaje a las Ruinas del tiempo" (2005) crónica novelada de Vicente Humberto Mora Mora; "El día de mi desgracia" (2005) de Julio cesar Chamorro Rosero; "La Flecha Incandescente" (2008) de Giovanny Castro Caicedo y "El Club de los Exiliados" (2009) de Julio Andrés Chamorro Mora.


Pocos autores se han preocupado por el reconocimiento, la difusión e inclusión de la literatura nariñense dentro del ámbito regional y nacional; pero hay que destacar los libros críticos: “La novela en el Departamento de Nariño” de Cecilia Caicedo, publicado en 1990; “Aproximación a la historia de la literatura nariñense” de Jaime Chamorro Terán, publicada en 1987 y las dos antologías de Poetas y narradores nariñenses, la primera publicada en 2001 y la ultima en 2004, pero de mayor extensión, realizadas por el magister Javier Rodrizalez.

Otras publicaciones destacadas en el campo investigativo y crítico sobre literatura nariñense son: “Sobre el canon y la canonización de la narrativa en Nariño en el siglo XX” del Magister y escritor Jorge Verdugo”; “La novela de autores nariñenses: discurso y religión” de Yolanda Guerrero y Nancy Santander; "La Literatura Nariñense en el Aula" y la "Cartilla Didáctica LITNAR" (próximos a publicarse) del grupo contemporáneo de Investigación LITNAR, creado por los estudiantes de la Universidad de Nariño, Alexander Córdoba M. y Andrea Ruiz Todos estos textos literarios al igual que las publicaciones en las revistas y periódicos nacionales, representan un gran aporte y sobre todo un avance por el rescate de los valores culturales y literarios.

En el panorama literario nariñense, muchas obras han quedado inéditas y otras aun esperan ser reconocidas y valoradas, para integrar la prodigiosa literatura nariñense, que poco a poco y gracias a la labor investigativa, se abre paso para ser parte del contexto literario nacional y universal.

Notas.

1. VERDUGO PONCE, Jorge. Sobre el Canon y la Canonización de la Narrativa en Nariño en el Siglo XX. Universidad de Nariño - CEILAT. Pasto, 2004.
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Autor del ensayo: Alexander Córdoba M. Director LITNAR, literatura nariñense.



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